domingo, 5 de agosto de 2012



Es un gesto impaciente con la mirada perdida. Una sucesión de cuentos sin moraleja. Un respiro equidistante que quema el cuerpo por dentro. Escondiendo bajo llave sus lamentos.
Es dulce melancolía, cabizbaja señorita noble que no aguanta la espera. Es momentos sin comparación, un puño entre las costillas. Es la chispa ante el explosivo inestable.
Es un instante más ante el abismo con la duda. Es un suspiro más por un amor que ahora está muerto. Es el sigilo del gato que da nombre a todas las noches. Las pupilas que se pierden en remolinos de estrellas.
El punto de fuga en el bosque del recuerdo. El puñal en la espalda que hace tantas cosquillas. Es esa magia en la que no crees que de noche te asalta. Ese mar en calma que amenaza con tragarte.
Fluye un momento más hacia lo inconcebible. Respira subproductos del sistema y gime. Recuérdame como esa piel tan suave que tocaste. Por un instante. Tu nombre quema como el fuego.
Recuerda un beso mío que jamás tuviste a mano. Hermano. Somos quienes somos cuánto más gritamos. Si el alma añora soltar un alarido, rómpete la boca de pegar berridos.

sábado, 4 de agosto de 2012



Te miro como mirarían al cielo las montañas. Como algo terco, hermoso y eterno.
Como un niño que alza su mano para abrazar las nubes, aun cree que podrá llegar, pero nunca llega. Crece y en un triste otoño maldice la niebla por calarle los huesos y esconderle el mundo, sin ver que tiene lo que siempre anheló. Abrazar las nubes.
Eres ese sueño que no sé si querré hacer realidad.
Eres la magia de lo desconocido. Eres esa película vista por primera vez. Eres el tacto de las páginas de un libro nuevo. Eres una mezcla de expectativas y deseo. Fantasía.
Eres más yo que tú, seguramente.
Y yo soy más tú que yo, también.
Soy ese escape a tu piso amueblado. A tu vida de persona normal. Y morirme contigo si te matas. Y matarme contigo si te mueres.
Soy ese rincón del mundo donde puedes colgar la careta y el traje para ser quien eres. Soy tu confidente y testigo. Tus disculpas y redención. Soy tu conciencia y compinche. Amiga y musa. Culpable de tus dudas y noches en vela. Soy tu esperanza y fisura. La opción A de tu plan B. Tu puerta entreabierta.
Tu porvenir.
No puede haber en el mundo real algo tan perfecto. Una combinación implícita tan magnética. Tantas palabras en el silencio.
Olvídalo, sigue con tu vida. Con esa que puedes tocar y tiene alegrías y decepciones. No tientes al mundo. No abras la gallina de los huevos de oro.
Mira al cielo, allí está bien, lejos de nuestros sucios dedos.

miércoles, 18 de julio de 2012


La sonrisa de Ichi-nii, los juegos de Nacho, la espalda de Guille y el instinto protector del otro Guille (del que se fue),  la honestidad de Kalvin, la ternura de Santi (y los consejossantianos), los labios de Jorge, el alma del Manu (Doctorcito, un todo en ti mismo), los sueños de Cristian, el humor de Rubén. El ingenio (y los dorsales) de Jon, la paz de Jani, la sencillez de David, la sinceridad y confianza de Richi, el recuerdo de Alberto, la elegancia de Carlos, la fe del Adrián, la entereza de Serra, la inteligencia (desaprovechada) de Miguel Ángel. La voz del chico que pasea a los perros cada verano bajo mi balcón, los ojos del Bona, la voluntad caprichosa de Miguel, el calor del Maldito.

Nadie les conoce a todos, solamente yo, nadie sabe el por qué de cada uno de sus rasgos, sólo lo sé yo. Si pudiera captar su esencia, la de su rasgo más bonito y juntarlas todas. No habría un ser más absolutamente maravilloso en esta tierra.

Así que estoy agradecida, porque existan todos y cada uno de ellos, por poder tenerles, aunque sea sólo de una forma ínfima y circunstancial y disfrutar de cada una de esas virtudes. Todas tienen algo de especial.
Todas son un punto luminoso. Ellos tienen ese "algo" que destaca entre los demás. Ojalá pudiera capturar esos detalles.
Ojalá no los pierdan jamás.

viernes, 13 de julio de 2012




Te echo de menos. Absurdamente. Como si alguna vez te hubiese tenido. Y no es que viva en la feliz ignorancia de la ciega enamorada. Sé que no te tengo, que no te tendré y aun así, te echo de menos.
Sé que soy tu juguete, que me tirarás en un rincón cuando te aburras de mí, porque en tu cuento  no hay sitio para más muñecas.
Me estoy hartando de este juego.
Esta noche paseando, mientras el viento revolvía mi pelo, me he dado cuenta de que no me merezco esto. Que desde tu punto de vista de lector de ojos y manos intrépidas, donde me siento deseada y querida, no te juegas nada.
Sigues teniendo tu cuento de hadas.
Pero yo... yo no puedo permitirme otra adicción imposible. Se me acaban los órganos que apostar contigo. Estás por todas partes como un maldito virus.
Te tengo que echar de mi cuerpo, como un veneno. Hoy he decidido que estoy harta de este juego, pero sé que pronto perderé este momento de lucidez y caeré de nuevo.
Sólo espero que esto quede aquí, como en el momento exacto en el que me di cuenta de que llegaba la catástrofe. Como el momento en que mis ojos estuvieron del todo abiertos.... para saber cuánto he perdido el tiempo.
Y así, como si nada, como si no supiera lo que estás haciendo conmigo, como si no tuviera más que claro que esto es imposible.
Esto. Como si hubiera algo. Ilusa.
Tonta.
Ingénua.
Mira todo lo que sabes, qué tan lista eres. Y le echas de menos.

miércoles, 11 de julio de 2012




(Yo sólo busco que me tiemblen las piernas). Que me falte el aliento y la pasión me venza. Quiero que llegues, atravieses la puerta como un vendaval y arrases con todo.
Quiero que acabes conmigo aunque (seas de esos que nadie recomienda).
No está bien, lo sé, pero eres tan intenso, tan grande, tan único y absoluto, en tus cosas malas y en tus cosas buenas. Reprochable y honrado. Esquivo y contundente. Hermoso. Casi más cuando te sientes vencido que cuando vences.
(Yo sólo busco que nadie lo entienda) que no salga un adiós de mi boca aunque lo merezcas. Que por tu culpa tendré en el pecho la letra escarlata. Que, aquí sí, puedo ser tu reina o tu ruina. Que has depositado en mí más bienes que cualquier otro. Casi tu vida en mis manos ¿Sabes? Es un buen regalo.
Sentirme de nuevo un sueño imposible, un amor platónico, deseada e imbécil, todo en el mismo instante. Volver a tener la duda, la esperanza, el anhelo, los celos, el matiz incesante de la propia estupidez.
Quiero darme contra tu muro o subir otro escalón. Quiero ver que pasa. Quiero verlo ahora.
Maldito puzzle.
Ser incomprensible.
Que seguimos andando por esta cuerda floja y temes moverte y temo moverme, porque por hacerte caer, puedo caerme yo. Y viceversa.
Que se me rompa el corazón es más bueno que malo, al menos sentiré que vivió de nuevo. Aunque sea en tus manos.
(pero cuando esté rota escuchar... que merece la pena)

viernes, 29 de junio de 2012



Soñar contigo es un lujo que aun puedo permitirme, porque tú en mí eres atemporal.
Mientras duermo somos quien debimos ser si el tiempo no nos hubiese robado la vida. Si hubiéramos podido llevar a cabo todas nuestras fechorías.
Sé que la realidad que hoy vivimos nos mantiene lejos, como casi siempre hemos estado, pero existe ese vínculo invisible, tácito, que siempre hace que tú estés ahí, vagando en mi mente, cada vez con una forma distinta, pero siempre con la misma esencia.
Eres ese maldito recuerdo inventado, Belcebú. El demonio de todos mis sueños. El que puede curarme el cuerpo y el alma. El que aun de vez en cuando me roba el aliento.
Me gusta que sigas ahí. A un palmo y medio de la curiosidad. Al fondo del pasillo a la derecha, donde no te veo, pero sé que estás.
Cuando vives en un sitio que corre tan deprisa, acabas por amar las cosas que permanecen. Acabas por sentir que son parte de ti porque siguen recordando tu nombre.
Tu aroma.
El color de tus mejillas (o casi tus mejillas).
He fabricado una historia entera con alguien que es un conjunto de imágenes, poesía, canciones e ideas. Alguien que es esbozos de gustos y delirios. De sueños. Una mezcla como quise. A mi medida, de quien realmente eres.
Y me gusta.
Por eso puedo permitirme el lujo de seguir soñando siempre contigo. Porque tú sueñas conmigo. Porque somos así.
Malditos.

miércoles, 27 de junio de 2012



Disociación.
Estoy difusa. Vagando entre la apatía y el vacío.
Soñando con que vuelvan las musas y me acojan en su seno de algodones. Flotando. Mientras en este maldito mundo me duelen todas las articulaciones.
Sigo estando dividida. Entre la tranquilidad y los truenos. La calma y la tormenta que se suceden vertiginosamente.
Estoy lejos del click divisor. Cada vez más lejos. Cada vez más inmersa en el tedio, como si fuese fango.
Todo ha acabado ya y estoy en pausa. El tiempo pasa a través de mí dejándome fatiga y frustración.
No sé cuanto queda para el abismo. Sigo en mitad de esa planicie inmensa castigada por el sol del verano. La salida podría estar en cualquier parte, sólo espero a que caiga la noche para orientarme.
Y sigo derritiéndome bajo este intenso sol.
Otro día más.
Aunque algo me dice que queda poco, menos de lo que espero, para que todo este sinsentido aburrido y pesado toque a su fin. Y si no que al menos llegue del todo, en una oleada de paz luminosa e infinita y me deje aturdida y pensando que vuelo.
Que floto.
Que soy brisa en esta habitación.

sábado, 16 de junio de 2012




La caída perfecta.
La sensación del vacío a la espalda.
Los pies despegando del suelo.
Una sonrisa o una lágrima.
Un camino que serpentea hasta el cielo.
La noche que aparece de repente.
El corazón que se para.
El grito que estalla.
Los pulmones llenos de polvo de hadas.

Mientras ves caer el jarrón de la mesa, mientras ves a ese niño cruzando la calle. Cuando te das cuenta de que la puerta de la jaula está abierta. Cuando un rictus de tristeza asoma por la puerta.

Un final tiene muchos matices.

jueves, 14 de junio de 2012




Es un papel complicado. Ser entre las sombras. Conocer más de ti por lo que intuyo. Por lo que sueño.
No saber a qué huele tu piel. Cómo suena tu voz, y sin embargo guardar hasta tus más profundos secretos.
Compartir instantes que no tienes para nadie. Recoger entre frase y frase sentimientos, anhelos, ilusiones que escondes. Ser cómplice y verdugo. El guiño en la partida. Y si me ves por la calle con prisa ser sólo otra desconocida.
El mundo y la cobardía nos ha hecho complicados. Nos ha hecho sensibles a la ilusión de las máscaras. De no querer que algo sea real. Poder interactuar con tu propio sueño es maravilloso.
Dime:
¿Cómo crees que seré en realidad? ¿Acaso importa? ¿O estoy mejor sólo en tu mente? Allí podré ser quien has creado mezclando los trozos que te doy de mí, a tu manera.
No se puede competir con un sueño. Puedes encontrarte con una realidad inesperada. Puedes ver a medias lo que es y lo que quieres. O puede ser mejor de lo que has pensado y caer en las redes de un interrogante hasta la muerte.
Empezar de cero. Ser esa persona que fuiste viviendo en paralelo. Ser esos secretos que no contaste. Ser esa persona que quisiste crearte.
Es la oportunidad de tener otro mundo, de vivir otra vida que no imaginaste. Que fuiste construyendo pasito a pasito a la sombra de lo que tu realidad cree que eres.
Es un papel complicado, desligarte de tu realidad con alguien que no te ha mirado a los ojos. Que no te ha cogido la mano, pero que pese a que pasen los años... no te ha olvidado.

miércoles, 13 de junio de 2012




Quiero recordarnos así siempre, así, como éramos: dos figuras blancas y afiladas en el tedio gris de la multitud.
Recordarnos con ese aire genial y maléfico que trasteaba entre unas sonrisas traidoras y unas miradas curiosas.
Felinos.
Cuyos pies no conocen el suelo. Asidos por las manos como si fueran mármol esculpido.
Siempre pienso en ti de esa manera. Como un largo y duro cuerpo marfileño. Tu cuerpo. Un lugar para vivir y romper.
Que nos recuerden todos como somos, un doblete de seres extravagantes. Un binomio de atracción fatal envuelta en seda.
Dulce condena.
Y que cuenten las historias cómo éramos. Como seríamos. Una historia atemporal y eterna hecha de anécdotas y leyendas a medias verdad y a medias mentira.
Dos piezas de un puzzle invisible.
Dos cortes del mismo patrón.
Dos retales de la misma tela.
Dos noches en vela.
Lo supe en cuanto te vi. En cuanto me viste. Cuando unas palabras mal escogidas predijeron un futuro cierto. Aunque pase el tiempo.
Recuerdo la primera vez que nos vimos como si existiera. Dos humaredas negras meciéndose en una danza macabra.
Me has inundado.
Yo siempre pienso en ti.
En cómo eres. En cómo eres en mí.

lunes, 11 de junio de 2012



La memoria es un mar lleno de recuerdos moldeados. De momentos llenos de aristas y filos que quedaron pulidos y redondeados.
Tiene un tinte cálido y familiar con momentos de silencio asfixiante y tramos de percusión que maltratan el ritmo coronario.
Es una conjunción heterogénea de nombres que aparecen una y otra vez como en un ciclo insultante.
Una armonía curiosa.
Cada pizca de recuerdo se ha transformado bajo el cristal del presente. Cada imagen que queda reflejada es real sólo en parte, sólo en nuestra mente.
Cada persona que no llegaste a conocer puede ser un príncipe o un mendigo. Cada vida que no tocaste puede haberse mantenido igual o no. Cada corazón que no rompiste puede ser una partida ganada o perdida.
Ese cruce de miradas que sigues echando de menos.
La memoria te recuerda que tu presente es pasado. Todo lo que perdiste y los pasos que has dado. Quién sigue estando a tu lado. Esa persona con la que siempre has soñado.
Si vuelvo la vista atrás pasan sucesiones de rostros familiares, momentos intensos, palabras fugaces fuera de contextos.
Tú.
Una y otra vez.
Un pronombre con muchas caras que en cada recuerdo tiene un olor, un tacto particular y una mirada.
Tú.
Que aun piensas en mí. Ojalá un día formes parte de algo más que mi memoria.

jueves, 3 de mayo de 2012




El mundo es un laberinto multicolor lleno de serpientes. De serpientes, bichos y sombras venenosas.
La belleza del mundo es un cobijo perfecto para las amenazas, el amor y el cariño son espejismos que las esconden.
Deslízate. Huele mi suave piel como si pudieras tocarla. Como si quisieras atravesarla y que tu veneno formase parte de mi ser. Acéchame, planea tu ataque. Crécete, intenta darme miedo.
Todos sus intentos fallarán. Todos. Los mejores planeados serán más frustrantes. Todos sus mordiscos fallarán. Todos. Los que esperaban ser más dulces serán los más amargos.
Todos.
Porque su riesgo relativo no existe en mi universo. No existe desde que aprendí a volar. 
Cada una de esas serpientes, cada una de esas sombras, cada bicho traicionero se convirtió en cenizas cuando aprendí a volar.
Mírame de lejos. Mira mis pies elevarse del suelo. Sólo estuve caminando un tiempo, para ser objetivo, para ser meta, para ser blanco... imposible.


No daña el que quiere. Si no el que puede.
Y tú no puedes.

lunes, 16 de abril de 2012



Cuando te vi hubo un impasse en el tiempo. De repente un agujero negro se había tragado el mundo y yo sólo podía verte a ti. A ti, como si no te conociera.
Te presentaste ante mi con tu misma cara, con tu misma sonrisa a medias pícara y a medias triste, con tu misma forma de andar, decidida y prudente, y aunque conocía cada movimiento, cada gesto, es como si te viera por primera vez.
No hablo de la familiaridad que nos da el tiempo, hablo de la sensación profunda del anonimato. De la sensación de chocar con un desconocido, un desconocido que ya habías visto antes.

Y así, caminando a tu lado, recordé todas nuestras historias, todas las cosas que supe de ti, todas las conversaciones que compartimos y al mirarte de reojo mientras sonreías, fui incapaz de darme cuenta de que él y tú erais la misma persona.
Como si en alguna parte se hubiese roto algo.

Y al caer la noche, soñé contigo. Soñé contigo tal como estabas, tal como estaba y se me desdibujó la realidad de repente, sin saber ya en dónde me encontraba. No sabría decirte qué fue más real, si lo que sentí o lo que existía. Ni sabría decirte lo que existía. Un frío aparente que no me creía, pero que me daba escalofríos.
Aunque en mis sueños no aparecía.

Aun tengo ese olor afrutado en mi pelo.

No podemos estar tanto tiempo sin vernos.

viernes, 6 de abril de 2012


Dejé reposar mi sueño en un lecho de estrellas. Dejé que cada una de sus explosiones rozasen mi piel. Dejé que tu recuerdo llenase mi vida, como una exhalación o una enfermedad.
Olvidé el temor y la desconfianza. Empecé a creer en la hospitalidad de un desconocido. Disfruté de la dulzura de tus palabras y cabalgué sobre las melodías de tu voz.
Pasaron los días y la historia sin nacer se tornó agridulce.
Apareció una mirada turbia, un gesto sincero, pero triste, apareció la verdad que ocultaban tus actos imprudentes y egoístas.
Y el universo volvió a ser lo que era. Una inmensidad de vacío infinito lleno de misteriosos mundos desconocidos. Volvió a pesar la falta de aire, volvió a sentirse la presión de la incertidumbre. Volvió a llegar la realidad como un puñetazo. Como un portazo.
Adiós muy buenas.
Pero en el momento exacto de la bofetada, de la mentira desenmascarada, se recuperó el orgullo de la inocencia y la bondad incorruptible.

Cierra los ojos, mira hacia el centro de tu mismo cuerpo, de tu eterna mente, implosiona. En los orígenes de quién eres, en tu propio universo.
Somos nuestro propio universo. Aunque aprecio cada gesto, cada mirada, cada caricia, cada preciosa mentira, cada ilusorio sueño... no necesito más luz que la de mis propias estrellas.

Mírame brillar. Ya no te queda de mí otra cosa que mi estela.

martes, 7 de febrero de 2012



Ahora está vacía. Su mente se ha borrado del todo. Está rota y tirada en la basura, como si no le importase a nadie. Ahora tú tienes que enseñarle todo lo que sabes. Todo lo que quieres que ella sepa. Ahórrale la mentira y la tristeza y enséñale cómo se puede sonreír eternamente.
Regálale un silencio y un abrazo.
Crea un mundo nuevo sin dolor ni decepciones. Sus ojos y su mente están para ti, sólo para ti. Haz una persona feliz de ella.

Cuando queda ya una sola cáscara vacía, sin corazón ni voz ni voto, es hora de prepararte y comenzar de cero. Puedes hacer que funcione de nuevo. En el eterno retorno de la vida, en el infinito devenir, en el momento del caos y la catarsis, se produce una nueva meta, un nuevo destino, un cambio radical que no es más que un inmenso lienzo en blanco.
Escríbela.

Escríbeme.

Ponme un nombre nuevo y explícame cómo funciona todo desde cero. Dime que distinga el bien y el mal sólo si es estrictamente necesario. Cuéntame de nuevo el por qué del nombre en los colores. Todas esas historias que ya oí mil veces ahora suenan nuevas. Miénteme si quieres, yo voy a creer en ti. Dime que volverás y esperaré. Dime que me marche y me marcharé. Pero recuerda, si me voy y no me encuentras, que si no puedes decirme que vuelva, no volveré.